plasticidad

All the things you are

piscina

Entramos en casa después de nadar. Nunca habíamos nadado hasta casi la media noche. La piscina estaba iluminada con focos redondos en su interior. Era difícil sortear las líneas amarillas que se cruzaban en todas las direcciones, luces impetuosas como los ojos de una muñeca galáctica. Los trajes de baño se veían fosforescentes. También nuestros dientes alineados. ¿Y si pudiéramos cambiar la forma de nuestras emociones? Sería cuestión de trazar un camino. Una línea virtuosa que conectara nuestros deseos y nuestra manera de hacer. Una performance basada en los movimientos libres del nadador. Todo se puede conseguir uniendo pasión y plasticidad. Tras despojarnos de los bañadores mojados, nos servimos un Manhattan y cenamos en la terraza. Hablamos de cosas variadas. Movíamos nuestros ojos y nuestras manos en infinitas direcciones, imitando a delfines escurridizos que trazan figuras sobre una bahía. Y así, al hablar y gesticular, explicábamos todas las cosas que somos.